Con una notable respuesta de público se inició el pasado sábado la primera sesión del nuevo curso de los “Sábados de la Saleta”, iniciativa del área “diálogo fe-cultura” de nuestra Asociación. Con formato de conferencia itinerante la actividad llevó por título “Iglesias desaparecidas de Zamora: paseo comentado por el legado artístico y espiritual que la historia borró del callejero de la ciudad” y corrió a cargo del historiador Florián Ferrero. Más de dos centenares de participantes se unieron al paseo, interesados en “mirar con otros ojos” la historia de su ciudad.
La ruta tuvo su primera parada junto al mirador de San Cipriano, dicho templo conserva una ventana de la primitiva iglesia de San Andrés, que se ubicaría en el perímetro del actual Parador de Turismo y que era una iglesia de carácter concejil y de repoblación. Desde el mirador se indicó la ubicación de diversas iglesias como las de San Julián de los Bueyes, San Simón o San Julián del Mercado. Posteriormente se pasó por la Plaza de Viriato, donde se alzó tiempo atrás la iglesia del Socorro (o de los Niños de la Doctrina), cuya desaparición propiciaría la expansión de la devoción a la Virgen del Tránsito del Convento del Corpus Christi.
En el entorno del Arco de Doña Urraca los asistentes supieron que se conservan ocultos buena parte de los restos de la iglesia de San Bartolomé entre las viviendas de la plaza. Igualmente Ferrero indicó que, en el lugar donde hoy se levanta el colegio de la Divina Providencia se alzaba tiempo atrás la iglesia de la Candelaria. Ya en la plaza del Maestro se esbozó la historia de la iglesia de San Gil, cuya planta quedó señalada en el pavimento de la plaza tras las obras de rehabilitación de la misma llevadas a cabo en 2006. En dichas obras se halló la pila bautismal del templo románico cuya desaparición se data hacia 1632.
En las inmediaciones de la cuesta del Caño, Florián Ferrero señaló la ubicación de otros tantos templos: San Salvador de la Vid, donde hoy se encuentra el Mercado de Abastos, o Santa María de Ovejeros, en la cuesta del caño, con hospital y cofradía. En este punto el historiador de despidió de los asistentes, recibiendo un sonoro aplauso en señal de agradecimiento.
Finalmente la ruta finalizó en la iglesia de San Andrés, sede canónica de la cofradía organizadora, allí se mostró el retablo de la antigua iglesia de Santa Eulalia y se recordó la historia de la Virgen de la Saleta, ligada a la desaparición de la iglesia de la Concepción.
