(Coreses, Zamora, 1825 – Zamora, 1889)
Hallamos el primer acercamiento a la vida del artista en un texto publicado, viviendo aún el imaginero, en la revista literaria semanal Zamora Ilustrada el 14 de marzo de 1883. En dicho texto el historiador Ursicino Álvarez hace un breve pero interesante esbozo biográfico del coresano atribuyendo a su mano obras cuya autoría ha sido más tarde desmentida por tratarse únicamente de intervenciones puntuales sobre imágenes anteriores. Aún eso, y a pesar de un error en el día del nacimiento que hará que se celebre veinte días antes el centenario de su natalicio en 1925, esta escueta intervención servirá y sirve de referencia para cualquier intento de conocer la figura de Ramón Álvarez Prieto.
Nacido en la localidad zamorana de Coreses el 22 de septiembre de 1825 en el seno de una familia humilde, marcha pronto a la capital de la provincia donde recibirá clases de dibujo a través de la Real Sociedad Económica de Amigos del País. En su primer año de estudio ganará el primer premio del curso que tendrá que dejar para iniciarse en el oficio de hojalatero. Dentro del oficio de la hojalatería realizaría, según sus biógrafos, una monumental lámpara para el Teatro Real de Madrid. Pocas son las obras de este tipo identificadas actualmente, mereciendo la pena, por ello, mencionar la corona que Ramón Álvarez realiza en 1857 para la imagen de Santa Bárbara de la Iglesia de San Vicente en Zamora. Dicha imagen, que ocupa el ático del retablo que actualmente preside la Virgen de las Espadas, contó con cofradía propia. El inventario parroquial recoge el “descargo de 90 rs. a Ramón Álvarez por la hechura de la corona que hizo para la imagen”. También dejaría impronta de su oficio de hojalatero en el dragón del conjunto de la Tarasca, realizado en 1882. Según prensa histórica Don Ramón nunca perderá su oficio primero “siendo frecuentísimo verle limpiando el orín de hierros artísticos, bisagras, llaves, arquetas, etc”.
La relación de Ramón Álvarez con la Real Sociedad Económica de Amigos del País -primero como alumno y luego como profesor- y el Instituto Provincial de Segunda Enseñanza, donde entra como profesor sustituto de dibujo lineal y topográfico en 1862, es una de las partes más documentadas del completo ensayo biográfico elaborado en 1989 por el historiador José-Andrés Casquero Fernández: “su buena disposición y experiencia le valdrán la confianza del rector del distrito, que en su visita de inspección de 1864 le pide el depósito en el Instituto (para el aula de dibujo) de su colección particular de arte, formada por objetos de escultura y pinturas de mérito”.