“Bien, hijos míos, hacedlo saber a todo mi pueblo“. Con esta invitación a la acción finalizó María su mensaje en los montes de La Saleta el 19 de septiembre de 1846. Con esta interpelación de María a volver a lo esencial de la fe comenzaba poco después la tarea de “hacerlo saber” de todos cuantos promovieron la nueva advocación de la Virgen de la Saleta.
En Zamora, el 17 de septiembre de 1868, el obispo diocesano aprobaba las bases por las que se regiría la “asociación piadosa que se erige en la Iglesia de la Purísima Concepción de esta ciudad en honra y gloria de la Reina de los Ángeles, que se dignó hablar a los hombres en el monte de la Saleta”. Hoy, más de 145 años después, el grupo de fieles formado en torno a esta imagen de la Virgen de la Saleta, que se expone al culto en la Iglesia de San Andrés de Zamora, abre este espacio con el fin de expander su devoción y contribuir de la mejor forma a la instrucción de María -“hacedlo saber- de la mejor forma: viviendo su mensaje de Reconciliación a través de la práctica de la caridad con los hermanos más desfavorecidos.