Esta mañana se celebró la solemnidad del Corpus Christi en Zamora. Desde el Cabildo de la S.I. Catedral de Zamora fuimos invitados a participar, junto con el resto de hermandades y cofradías, en la celebración de la Santa Misa y la Procesión Sacramental.
La Misa comenzó a las 10 de la mañana, y estuvo presidida por el obispo de la Diócesis, Gregorio Martínez Sacristán, que en su homilía se dirigió especialmente a las cofradías, animándolas a reforzar su dimensión social, algo que no es voluntario -dijo- sino que es su esencia. Asimismo recordó que la procesión del Corpus Christi es la procesión más importante de cuantas se pueden celebrar, pero que no hemos de quedarnos sólo en lo externo sino que es importante tener en cuenta que “Jesús está en el carro triunfante de hoy pero también en el carro triunfante de los desvalidos“.
Pasadas las 11 de la mañana comenzó la procesión sacramental hasta la Plaza Mayor. Varios cofrades de nuestra Asociación quisieron acompañar al Santísimo Sacramento en el tramo de cofradías y hermandades, fueron precedidos en el cortejo de nuestra pendoneta o bandera corporativa. En la Plaza Mayor el obispo realizó la bendición solemne desde un altar presidido por la imagen de Nuestra Señora de San Antolín o de la Concha.
Nuestra Asociación levantó un altar efímero
El carro que porta el Santísimo Sacramento sólo realizó dos paradas en el trayecto, al finalizar en la Plaza Mayor y ante la portada del Convento del Corpus Christi o del Tránsito, donde el Cabildo Catedral y la Cofradía del Santísimo Corpus Christi habían organizado la bendición de niños. Por este motivo nuestra Asociación colaboró con la organización levantando un altar que enmarcase la bendición y recibiese al Santísimo Sacramento. En un principio estaba previsto realizar la bendición bajo el pórtico de la iglesia de Santa María Magdalena pero debido a las altas temperaturas se decidió trasladarla a la fachada del convento. El altar se dispuso, por tanto, en la puerta del convento, con las imágenes de los dos pastores del grupo de la Virgen de la Saleta, Maximino y Melania, obras del imaginero Ramón Álvarez y que en esta ocasión dirigían su mirada a una custodia. Sobre el fondo granate colgaba la cruz de la Saleta, con el martillo y las tenazas en sus extremos. El frontal del altar fue recubierto con una reproducción del frontal de altar de nuestra sede canónica, la iglesia de San Andrés.
El carro triunfante se detuvo ante el altar y el obispo realizó estación con el Santísimo. Posteriormente el obispo bendijo a los niños que habían acudido.