El pasado sábado tuvo lugar la última sesión de los “Sábados de la Saleta” -dentro de nuestro área de trabajo “diálogo fe-cultura”- para este curso. Con formato de paseo comentado la actividad llevó por título “Contemplación del Duero como eje de vida de la ciudad a la luz de la encíclica Laudato si’ sobre el cuidado de la casa común del Papa Francisco” y estuvo conducida por Teo Nieto, párroco en la comarca de Aliste y portavoz del Equipo de Pastoral Rural Misionera.
Entre cuarenta y cincuenta personas asistieron a la llamada de este paseo, que partió a las 18 horas desde la plaza de Santa Lucía, y que supuso una invitación a lanzar una mirada a la relación del hombre con el ecosistema que habita, a través de las profundas reflexiones de Francisco en esta encíclica, que supone una llamada urgente a dejar de mirar hacia otro lado ante las heridas del planeta: “El ambiente humano y el ambiente natural se degradan juntos, y no podremos afrontar adecuadamente la degradación ambiental si no prestamos atención a causas que tienen que ver con la degradación humana y social”.
Teo dividió su intervención en cuatro bloques o paradas, para los que seleccionó determinados extractos de la encíclica que, una vez leídos, comentaba y contextualizaba, siguiendo la estructura ver-juzgar-actuar: “quiero hacer hablar al Papa, por eso leeremos directamente sus palabras“, afirmó. Además hizo uso de la música para estimular e interpelar a los asistentes: Javier Krahe y su “Alta Velocidad” sirvió para introducir el concepto de “rapidación”, empleado por Francisco, y que critica la hiperconectividad y el ritmo desorbitado de la sociedad posmoderna: “Muchas personas experimentan un profundo desequilibrio que las mueve a hacer las cosas a toda velocidad para sentirse ocupadas, en una prisa constante que a su vez las lleva a atropellar todo lo que tienen a su alrededor. Esto tiene un impacto en el modo como se trata al ambiente. Una ecología integral implica dedicar algo de tiempo para recuperar la serena armonía con la creación, para reflexionar acerca de nuestro estilo de vida y nuestros ideales, para contemplar al Creador, que vive entre nosotros y en lo que nos rodea, cuya presencia «no debe ser fabricada sino descubierta, develada” (LS n:225).
A orillas del “río duradero” de Claudio Rodríguez (a lo largo del itinerario se leyeron cuatro poemas inspirados en el río) se escuchó “Siglo XXI” de Luis Eduardo Aute y se reflexionó sobre el papel del hombre ante la creación y la forma en que ha ido degradando la relación y los efectos que son observados y certificados por la comunidad científica.
De la misma manera, junto a los pilares del Puente de Hierro, en la margen izquierda del Duero, después de reflexionar sobre el individualismo y la indiferencia y escuchar la canción “Tranquilo majete” de Celtas Cortos, Teo lanzó una pregunta: “¿No nos estaremos quedando también nosotros tranquilos, majetes, en el sillón?“. Después de constatar los daños en el ecosistema se evidencia la necesidad de actuar, que pasa por el cambio de paradigma: “No habrá una nueva relación con la naturaleza sin un nuevo ser humano. No hay ecología sin una adecuada antropología” (LS n:118).
A este respecto Nieto afirmó que “el cambio de paradigma viene por la educación. Hay que desacelerar e incluso decrecer, como el dicho de ‘menos es más'”, para más tarde resaltar a la entrada del Puente de Piedra la responsabilidad de todos y cada uno de nosotros como consumidores: “hay cosas que no están en nuestra mano, pero sí podemos unirnos y decir qué es lo que queremos para el planeta“, y por otro lado contribuir a una economía más justa y razonable: “consumir productos de cercanía, productos de temporada y productos de comercio justo“.
En la última parada, en mitad del Puente de Piedra, a modo de conclusión Teo afirmó que “hay soluciones y motivos para la esperanza. Tenemos que tener una palabra de aliento. Siempre digo que tenemos que describir el drama sin dramatismo” para escuchar a continuación el tema “Alguien sueña por ahí” de Luis Eduardo Aute: “Habéis vendido hasta los sueños al padrino / Pero no importa porque a la corta / Habrá de nuevo alguien que sueñe por ahí“.
Las palabras del Papa en la encíclica son esperanzadoras en este contexto: “Sin embargo, no todo está perdido, porque los seres humanos, capaces de degradarse hasta el extremo, también pueden sobreponerse, volver a optar por el bien y regenerarse, más allá de todos los condicionamientos mentales y sociales que les impongan. Son capaces de mirarse a sí mismos con honestidad, de sacar a la luz su propio hastío y de iniciar caminos nuevos hacia la verdadera libertad. No hay sistemas que anulen por completo la apertura al bien, a la verdad y a la belleza, ni la capacidad de reacción que Dios sigue alentando desde lo profundo de los corazones humanos. A cada persona de este mundo le pido que no olvide esa dignidad suya que nadie tiene derecho a quitarle“. (LS n: 205)
Ante de despedir la actividad con una foto de familia, alrededor de las 19:45 horas, Teo Nieto lanzó también su mensaje de esperanza: “A pesar de todo, como dice el Papa, siempre el amor puede más“.
Desde la Asociación de la Virgen de la Saleta agradecemos a todos los asistentes a esta última sesión de los “Sábados de la Saleta” para este curso y, especialmente, a nuestro guía, el sacerdote Teo Nieto, por su cercanía y generosidad.
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